sábado, 30 de junio de 2012


Partido y guerrilla

Comuna Carlos Marx, prisión de Soria, febrero de 1986
publicado en Textos para el debate en el movimiento rrevolucionario europeo
marzo de 1987

Esta suficientemente demostrado, por lo menos para nosotros, que en los países europeos -países de capital monopolista de Estado e imperialistas- la forma superior de organización política del proletariado revolucionario sigue siendo el Partido Comunista. En otro nivel se encuentra la organización militar que, en su forma actual de guerrilla urbana, viene jugando un papel de primera importancia dentro del Movimiento Político de Resistencia de las amplias masas obreras y populares. Ni que decir tiene que estas dos formas de organización y de lucha política y militar no se excluyen mutuamente. Por el contrario, ambas se complementan apoyándose la una en la otra. Así, la lucha armada guerrillera viene sirviendo para allanar el camino a las organizaciones políticas de las masas y al Partido. Mientras que, por su parte, el Partido esclarece, políticamente al proletariado, le señala los objetivos inmediatos y a más largo plazo y organiza sus fuerzas; y, como se sabe, el Partido dota, además, a la guerrilla de un programa de acción claro señalándole el horizonte de sus objetivos políticos.

Por todo lo dicho no se debe consentir en ningún momento que la guerrilla se imponga y mande sobre el Partido, ni que la organización y actividad militar suplanten a la organización y actividad política partidista. Se trata de un principio leninista clave que continúa manteniendo su validez en todas las circunstancias de la lucha revolucionaria del proletariado y en todos los países. Es, pues, siempre la política -en este caso la política del Partido proletario- quien debe dirigir al fusil. Pensar en otra cosa significaría desarmar al proletariado.

Consecuentemente con esto, entre las tareas más importantes que están acometiendo los revolucionarios europeos se encuentran: 1) el dejar sentadas las mínimas bases políticas como son el programa y la estrategia, la línea de actuación revolucionaria; 2) la asunción práctica y viva en la vida del Partido de los principios ideológicos del marxismo y del leninismo, del comunismo; 3) el establecimiento del centralismo democrático en las relaciones orgánicas, la libertad de discusión y la unidad de acción, la supeditación de la minoría a la mayoría, la práctica de la crítica y la autocrítica, etc. Claro está, que nada de esto se puede hacer sin mantener unos mínimos vínculos con las masas y sin participar en las luchas obreras y populares más destacadas.
La intervención del Partido en las luchas de clases cotidianas de su país trae también aparejado el enconamiento de las contradicciones internas. Esta oportunidad se debe aprovechar para combatir las prácticas y concepciones nocivas y ajenas al proletariado, y para identificar a los elementos oportunistas y arribistas y aislarlos. Para ello es necesario que se mantenga una tenaz lucha ideológica y política. Los resultados de estas luchas son siempre una prueba del grado de desarrolla orgánica y madurez ideológica y política alcanzados por el Partido Comunista.
En las actuales circunstancias de Europa, los comunistas se vienen planteando la importante tarea de la reconstrucción del Partido marxista-leninista. El logro de este objetivo, imprescindible para el desarrollo de la revolución, sólo se puede conseguir en enconada lucha contra la reacción y el revisionismo; y también, queremos destacarlo, contra las tendencias que quieren suplantar la labor política, teórica y práctica, y organizadora propias del Partido Comunista por difusas organizaciones interclasistas. Sabido es que uno de los requisitos imprescindibles para que triunfe la revolución socialista en un país es la existencia de una vanguardia comunista que haya alcanzado su madurez. La existencia de un partido de corte bolchevique, aguerrido y templado, que haya pasado exitosamente por la prueba de fuego de la lucha de clases de su país y haya salido fortalecido de ella, es condición indispensable para poder pensar en hacer la revolución.

Las luchas de Lenin y el Partido bolchevique contra los mencheviques y los renegados de la II Internacional, y las de la Mao y el PCCh contra losdogmáticos y las posiciones erróneas de la III Internacional respecto de la revolución china son dos experiencias históricas que, aunque diferentes y peculiares, tienen para nosotros una importancia crucialmente esclarecedora. Si no llega a ser por la férrea lucha que se libró contra el oportunismo menchevique -que pretendía enganchar el proletario a la cola de la burguesía liberal en la revolución democrática-, y contra los claudicadores y reformistas de la II Internacional -que querían uncir al proletariado a los designios chovinistas de sus burguesías nacionales imperialistas-, no se hubiera producido la Revolución de Octubre. De la misma manera, si no llega a ser por la lucha que Mao y los comunistas chinos, a contracorriente, libraron contra los dogmáticos (que pretendían seguir imponiendo, pese a las dolorosas experiencias de muchos años de lucha, las tesis clásicas de la insurrección, primero, y el propósito de buscar la unidad con el Kuomintang a toda costa, después), manteniendo por contra sus posiciones independientes y desarrollando firmemente la guerra de guerrillas, tampoco hubieran hecho la revolución como ellos mismos reconocieron posteriormente.

Hoy día, cuando la tendencia a la revolución se acentúa en todas partes, cuando el papel del proletariado se revaloriza en todos los terrenos, y la burguesía está en decadencia y retroceso, esta necesidad del Partido proletario se hace más acuciante.

A nuestro modo de ver, la carencia de un verdadero Partido Comunista, marxista-leninista, es la principal causa que explica la debilidad política y la falta relativa de salidas y perspectivas en que se encuentra inmerso una gran parte del movimiento revolucionario en los países europeos. Por esta misma razón, no se podrá superar este escollo o impasse mientras no se afronten con coraje y decisión, y sin temor a equivocarse, las tareas teóricas y prácticas que requiere la reconstrucción del Partido Comunista. Debemos recordar que, si bien es deseable escarmentar en carne ajena y aprender de las experiencias que han tenido otros, no hay nada que pueda sustituir a la propia experiencia. De aquí que la consigna sea trabajar y trabajar, principalmente entre la clase obrera y el proletariado fabril, reorganizar el Partido, y crear las mínimas bases políticas e ideológicas requeridas.
La estrategia de los comunistas: combinar la insurrección armada de masas con la guerra prolongada de guerrillas

Es una tarea ineludible de los comunistas analizar las formas y métodos de lucha desde una perspectiva histórica y de acuerdo con los firmes principios, corroborados por la historia, del marxismo-leninismo. Sabido es que las razones por las que los marxistas practicaron en unas ocasiones la insurrección y en otras la lucha parlamentaria obedecieron a circunstancias concretas del desarrollo del capitalismo y de su Estado. Así, en la época de libre competencia se practicó predominantemente la lucha parlamentaria, ya que existían condiciones que permitían utilizar las propias leyes de la burguesía en contra de ella misma, como dijera Engels. Pero con el desarrollo del monopolismo -cuya regla general es su tendencia a la reacción, a la guerra y al fascismo- aquellas condiciones desaparecieron. Las democracias europeas actuales (verdaderas dictaduras fascistas refrendadas en cuerpo y alma por los socialdemócratas, eurocomunistas y reformistas de todo pelaje) sufren, desde hace ya muchos años, una crisis económica sin precedentes, la inestabilidad continua de sus regímenes y el acoso cada día mayor de los pueblos oprimidos por ellas y de un nuevo movimiento revolucionario en su seno que, aunque joven y poco experimentado, obtiene cada día mayores éxitos.

Lo más característico de este nuevo movimiento revolucionario que se extiende por toda Europa es el haber adquirido la forma de Movimiento Político de Resistencia: una original combinación de movimiento de masas y acciones guerrilleras que se complementan y que cada día confluyen más y más.
Este Movimiento Político de Resistencia ha roto, por un lado, con los métodos de lucha pacíficos y parlamentarios ensalzados en la postguerra, imponiendo a cambio métodos violentos de lucha, huelgas radicalizadas, manifestaciones fuera del control de los sindicatos y partidos reformistas, piquetes para extender las luchas y el sabotaje; la desobediencia civil y otros tipos de resistencia; y por otro, rechaza las distintas variantes del revisionismo moderno o eurocomunismo. Este Movimiento crece al calor de la crisis económica galopante y del retroceso del imperialismo a escala mundial. En España, a estos factores hay que añadir la aguda crisis política que padece el régimen nacido de la sublevación fascista, ante un poderoso empuje de las luchas de las masas obreras y populares. En esta situación general se desarrolla la lucha armada en la forma de guerra de guerrillas, de pequeños grupos o destacamentos de combatientes que ponen en jaque más de una vez al poderoso Estado de los monopolios.

La creciente actividad de la guerrilla, la envergadura de sus acciones, los diferentes objetivos alcanzados y su extraordinaria influencia en la lucha de clases de las sociedades capitalistas modernas hablan de su especial importancia. Existe una diferencia muy radical entre la vieja escena de luchas pacíficas, movimientos de masas reformistas, propaganda y lucha por el voto, y la nueva escena de luchas violentas, movimientos de masas radicalizado, desencanto y oposición a la democracia burguesa. Y este cambio tan esencial no se puede comprender si no se toman en cuenta las actividades guerrilleras y las agrupaciones políticas revolucionarias nacidas a su calor. Los partidos y organizaciones que apoyan la guerrilla juegan cada día un papel más destacado y las nuevas expectativas e inquietudes revolucionarias que se están fraguando entre las masas vienen siendo promovidas, en buena parte, por nuevas generaciones de revolucionarios comunistas.
Se dice frecuentemente que las acciones de la guerrilla contribuyen a elevar el grado de conciencia política y la organización de las masas obreras y populares, porque desenmascaran a la reacción y al revisionismo. Pero no se suele dar la requerida importancia al hecho de que esa conciencia y esta organización son los objetivos prioritarios que tiene marcados la guerrilla dirigida por el Partido Comunista. Se trata de acumular fuerzas revolucionarias y crear las condiciones de todo tipo que permitan derrocar al Estado capitalista. Y, en las condiciones materiales y subjetivas de nuestros países, no hay otra manera de acumular fuerzas ni de salvaguardarlas de los ataques del enemigo si no es mediante el apoyo de la guerrilla. El papel de la guerrilla para esta hora que vivirnos no queda definido en toda su extensión, por esto mismo, en el trabajo de Lenin La guerra de guerrillas. Allí se insistía en la labor de incorporar fondos al Partido, golpear blancos del enemigo y automantenerse. Pero para hoy día, y sin menoscabo de lo ya señalado por Lenin, el principal objetivo de la guerrilla es el de facilitar la acumulación de fuerzas por todo el Movimiento Político de Resistencia, contribuir a la organización de los obreros y otros sectores populares, agudizar la crisis del gobierno, fortalecerse y desarrollarse.

Es, pues, un hecho cierto que no existe otro camino para hacer la revolución que el que pasa por el desarrollo de la lucha armada proletaria. Esto resulta tan claro a los ojos de cualquier revolucionario que hasta sirve para distinguir la política revolucionaria de la que no lo es.

Claro que es tarea del Partido Comunista de cada país el aprender a encajar correctamente la lucha armada en relación con los otros métodos de lucha. No se debe, pues, sobrevalorar su eficacia política más allá de sus posibilidades reales, queriéndosele convertir en el único método de lucha y organización válido. O, simplemente, infravalorarla hasta el punto de reducirla a mera comparsa, o actividad sindical armada, de la

La verdadera biografía de una espía soviética


El pasado 28 de abril se cumplieron 100 años del nacimiento de Zoia Voskresenskaia-Ribkina. Muchos la conocen ahora como escritora infantil pero muy pocos saben que durante un cuarto de siglo fue agente del servicio de inteligencia exterior [soviético]. Sus partes de excepcional importancia estratégica entraban en los despachos de máximos dirigentes del país. La geografía de sus actividades de agente abarcaba China, Alemania, Austria, Finlandia, Suecia. La tirada total de los libros que ha escrito es más de veinte millones.

Sus condecoraciones hablan por sí mismas: la Orden de Lenin, la de la Revolución de Octubre, de la Bandera Roja del Trabajo, de la Guerra Patria, dos Órdenes de la Estrella Roja y numerosas medallas. Uno puede pensar que era fácil prestar este servicio y ser promovido a coronel del servicio de inteligencia.
He aquí un hecho señalado. Se rumoraba que cuando a Voskresenskaia se la recomendaba para concederle una Orden de Lenin, Beria dijo: ¿Para qué diablos vamos a condecorar a la mujer con la máxima condecoración soviética?
Zoia Voskresenskaia nació el 28 de abril en la estación Uzlovaia, municipio de Bocharovo, gobierno de Tula. A la edad de catorce años empezó su vida laboral: trabajó de bibliotecaria y copiante en el estado mayor de las unidades especiales del Cheka, comisaria política en un centro correccional de menores y trabajadora del departamento de transporte del Ministerio del Interior. La admiten en el Partido Comunista y contratan para trabajar en los órganos de seguridad. En Moscú Zoia hace prácticas especiales vinculadas con las actividades de agente: santos y señas, escondites, vigilancia, etc. En agosto de 1929 se hace agente del servicio de inteligencia externa. Ya en calidad de agente de inteligencia Zoia Voskresenskaia es mandada a cumplir su primera misión en Harbin, China, adonde llega como secretaria de la empresa petrolera soviética Soyuzneft. El primer viaje al exterior tuvo éxito. Durante dos años Zoia cumplió misiones asignadas por el Centro en una época caracterizada por reñidas pugnas en el Ferrocarril Oriental Chino.
Después de volver a Moscú, a Zoia Voskresenskaia la envían a Berlín y Viena para aprender el idioma y acostumbrarse a las condiciones especiales de la vida en Europa para luego realizar actividades ilegales. Le enseñaron el dialecto y reglas de urbanidad.

A comienzos de 1935 Zoia Voskresenskaia fue enviada a Finlandia como jefa adjunta de la red de agentes secretos. En Helsinki recababa información expeditiva sobre planes de la Alemania nazi. Trabajó con éxito en Finlandia cuatro años. Allí en 1936 se casó con el legendario agente de inteligencia soviético Boris Ribkin. En Finlandia ella representa la empresaIntourist y es vicejefe de estación, mientras que su elegido era conocido como cónsul Yartsev. La sede del Servicio de Inteligencia les bendijo el matrimonio mediante un mensaje criptografiado.
Después de regresar de Helsinki, Zoia Voskresenskaia-Ribkina se hace funcionaria del aparato central del servicio de inteligencia externa, y a comienzo de 1941 la promueven al cargo de vicejefe del departamento alemán. Fue justamente ella quien trabajó con los mensajes sobre la invasión enviados por nuestros valiosos agentes en Berlín Alférez y Corso (que formaban parte de la famosa Orquesta Roja) quienes informaban sobre los planes de Alemania de agredir a la URSS. Zoia Voskresenskaia se hizo una de las principales analistas en el servicio de inteligencia.
En abril de 1941, Arvid Harnak (El Corso), quien era funcionario del Ministerio de Economía del Reich nazi y uno de los dirigentes de la Orquesta Roja, informaba al Centro, citando a unos allegados de Rosenberg: La cuestión del ataque armado contra la URSS está decidida.
Otro agente valioso, el teniente primero del Ejército Alemán, Harro Schulze-Boisen (El Alférez), era sobrino del gran almirante Tirpiz y funcionario del Ministerio de Aviación y del Estado Mayor de las Fuerzas Aéreas de Alemania. Ese mismo mes comunicó lo siguiente: La cuestión de la agresión de Alemania a la Unión Soviética está decidida definitivamente. Su comienzo debe esperarse en los próximos tiempos. Zoia Voskresenskaia presentó a sus superiores una memoria relativa a los planes bélicos del mando alemán. El 17 de junio de 1941, el jefe del servicio de inteligencia, Pavel Fitin, firmó este parte y presentó a Stalin.
Nuestra memoria -recordaba en aquel período Zoia Voskresenskaia- resultó bastante voluminoso, mientras que el resumen era breve y conciso: estamos a las puertas de una guerra. Todas las actividades militares que Alemania realizaba con vistas a invadir a la URSS están totalmente concluidas, y de un momento a otro puede esperarse un ataque.

El servicio de inteligencia informaba sobre la amenaza de guerra ya desde noviembre de 1940. En aquellos momentos Zoia Voskresenskaia formó un expediente en que se recogían datos importantes sobre la amenaza bélica alemana. El análisis de datos recogidos lo hacía junto con Pável Zhuravliov, jefe del departamento alemán de nuestro servicio de inteligencia.

La cartera que Zoia Voskresenskaia y Zhuravliov reunieron contenía documentos que infundían alarma.

Estos materiales, indicaba Pavel Sudoplátov, nos ayudaban a seguir el desarrollo de los acontecimientos e informar a los dirigentes soviéticos sobre las tendencias básicas de la política militar alemana. Los materiales del expediente arriba mencionado a veces se ponían en conocimiento de Stalin y Molotov.
Poco antes del comienzo de la Gran Guerra Patria, en mayo de 1941, el embajador de Alemania en la URSS, el conde von Schulenburg dio una recepción oficial en la embajada. Hacia aquel momento Schulenburg ya sabía que Alemania agrediría a la URSS porque acababa de regresar de Berlín donde el Führer le había dado audiencia. Schulenburg era adversario fervoroso de la invasión contra la Unión Soviética. Después de que le presentó a Hitler su informe sobre la situación en la URSS, el Führer le dijo sobre el Plan Barbarossa. El embajador intentó disuadir a Hitler de hacerlo, demostrando que los rusos no quieren una guerra con los alemanes pero éste sólo le ordenó regresar a Moscú y preparar la misión diplomática para el cierre.
Durante aquella memorable recepción Schulenburg se fijó en una mujer vistosa y decidió invitarla a bailar. Esta mujer bonita era precisamente Zoia Voskresenskaia. La danza era poco común: valseando, pasaron de una sala a otra. Era claro que el embajador alemán quería mostrarle a su acompañante lo que pasaba en la embajada. Zoia se dio cuenta de que la embajada se disponía a evacuarse: en el centro de las salas y despachos estaban reunidos maletas, cajas, sacos. Los armarios estaban vacíos, sin libros ni jarrones. Hasta en las paredes se veían manchas rectangulares: se habían sacado los lienzos que estaban allí desde hacía muchos años. Además, notó que el personal de la embajada estaba reducido al mínimo, hecho que confirmaba una vez más que la información que poseía el servicio de inteligencia. Un par de horas después informó de todo lo que había visto a sus jefes quienes, a su vez, informaron a Stalin.

En 1944, el ex embajador de Alemania en la URSS fue ejecutado por los nazis por haber participado en la operación encabezada por el coronel von Stauffenberg (atentado contra Hitler).

Inmediatamente después del comienzo de la guerra, formando un Grupo Especial, Zoia Voskresenskaia se ocupaba de seleccionar, instruir y enviar a la retaguardia enemiga numerosos grupos de sabotaje y espionaje.

A fines de otoño de 1941 el matrimonio Ribkin llegaron a Suecia, teniendo asignada la misión de organizar la observación del tránsito militar alemán, crear grupos de agentes y realizar propaganda antifascista.

Zoia Voskresenskaia fue la primera en enterarse de los planes de Alemania de desarrollar armas atómicas.

En 1942, por orden del Centro Zoia escogió a un enlace a quien se le asignó la misión de entregar claves a la famosaOrquesta Roja. Se tenía que entregarle los claves para la radio. Ella cogió un trozo de tejido fino y lo pegó a una hoja de papel, metió esta capa combinada en la máquina de escribir y mecanografió la cifra, la forma de utilizarla y condiciones de trabajo de la radio. Luego cortó los pedazos de tejido y lo quitó del papel. El texto mecanografiado resultó ser absolutamente invisible, y sólo podía leerse si el tejido se aplicaba al papel. Luego compró dos corbatas absolutamente iguales, descosió una de ellas, sacando de su interior una parte del forro de franela que se adhiere al cuello. La sustituyó con el tejido plegado en ocho que contenía el texto mecanografiado.
Zoia Voskresenskaia prestó una inapreciable ayuda a la embajadora soviética en Suecia, Alexandra Kollontai, en sostener negociaciones secretas con el primer ministro de Finlandia y otros partidarios de las relaciones pacíficas con la URSS.
Después de la guerra la suerte fue desfavorable a la coronela Voskresenskaia. En 1947, cerca de Praga murió en un accidente de carretera su marido Boris Ribkin.
Más tarde, al evocar sus sensaciones que tenía durante sus primeras vacaciones después de la guerra, ella escribía:Aquella noche antes de la despedida yo sollozaba no se sabe por qué. Quería gritar y decir que no nos veríamos más. El sol se apagó, y en yo me siento hundida en la negrura de la noche y suspendida sobre un precipicio terrible y profundo cuyo fondo me atrae. Pero no me perdonarías si me despeñara. Vivo como un ave con alas rotas. ¡Cómo te echo de menos! Con estas palabras se dirigía Zoia a su marido muerto. En su archivo se encontraron seis cartas parecidas remitidas a Boris. Después de su muerte ella vivió 45 años más sin casarse nunca más.

A comienzo de 1953 la coronela Voskresenskaia partió para Berlín por orden personal de Beria para cumplir una misión especial. Ya no era secreto que la famosa actriz Olga Chejova, que estaba entre los allegados de Hitler, estaba vinculada con los servicios de inteligencia soviéticos. Lavrenti Beria, quien abrigaba los planes de unificar las dos Alemanias, tenía pensado emplearla para las negociaciones con el canciller de la RFA, Konrad Adenauer. En función de esta empresa, el 26 de junio de 1953 tuvo lugar el encuentro entre Olga Chejova y la jefe del departamento alemán del servicio de inteligencia externa, Zoia Voskresenskaia. Por ironía del destino, ese mismo día Beria fue arrestado. En vista de la detención de Beria, ella regresó a Moscú, obedeciendo la orden del Centro. Después de Beria fue detenido el teniente general Pavel Sudoplatov, jefe de la Cuarta Dirección del Comisariado del pueblo para asuntos del interior, con quien Zoia Voskresenskaia trabajó hombro a hombro durante veinte años, incluido el período cuando estaba en condiciones ilegales, y quien era su jefe inmediato en los primeros meses de la guerra. Pronto se efectuó una ola de purgas entre agentes de seguridad a quienes se les acusaba de tener vínculos con Beria. Teniendo en cuenta los numerosos méritos de Zoia Voskresenskaia ante la Patria, le dieron la posibilidad de trabajar un poco más. Un año antes de jubilarse fue destinada a Vorkutá donde tenía que ocupar el cargo de teniente primero en calidad de jefe de departamento especial de una prisión. Después de trabajar dos años se jubiló. Algún tiempo después salió a luz el primer libro de Zoia Voskresenskaia.
Desde ese momento empezó una nueva vida de Zoia Voskresenskaia. Por primera vez su nombre aparece en la editorialLiteratura Infantil en 1956 bajo la novela corta dedicada a los jóvenes comunistas que soñaban con pelear contra los fascistas a lado de los republicanos españoles. A pesar de que esta novela tenía, como se expresó el redactor, pasajes que presentaba cierto interés, el manuscrito no fue publicado. Le aconsejaron escribir relatos. Una persona dotada siempre es dotada. Así aparecieron publicados sus numerosos relatos como Zoika y su abuelito SankaEl PanecilloLa Primera Lluvia. Su dilogía El Corazón de la Madre y La fidelidad de la Madre fue llevada a la pantalla, y la película A través de las Tinieblas Heladas fue filmada a base de su guión. Tan sólo durante el período de 1962 a 1980 sus libros fueron editados en una enorme tirada de 21.642.000 ejemplares. Como Premio Estatal, Zoia Voskresenskaia pronunciaba discursos en asambleas de rastreadores rojos, comparando el trabajo de los niños con el de los agentes de inteligencia, sostenía vínculos con orfanatos, les daba sus honorarios y les mandaba libros nuevos. Pertenece a la pluma de la escritora la novelaEl Cónsul, la novela corta Una niña en medio del Mar Embravecido, los relatos Un Nido en el BalcónLa OrquestaUna niña con TrenzasLos GavilanesUn Sol Perezoso y muchos otros. En 1974 se publicaron tres tomos de sus obras.

Vivió hasta una época en que los partidarios de la perestroika comenzaron a retirar sus libros de las bibliotecas: tanto la novela El Cónsul, dedicada al amor y al servicio a la Patria como relatos, hasta los dedicados a los pájaros.
Estando ya enferma, Zoia Voskresenskaia supo que sus actividades dejaron de ser secretas.
Comenzó a escribir su última obra que se titula Ahora sí que puedo contar toda la verdad.

Zoia Voskresenskaia-Ribkina falleció el 8 de enero de 1992, sin poder vivir unos meses hasta que saliera a luz su libro. El día del sepelio, uno de los diarios capitalinos escribió que Zoia Voskresenskaia ha servido toda su vida a la Patria.
P.S. El autor expresa su agradecimiento a Serguei Ivanov, jefe de la oficina de prensa del Servicio de Inteligencia Externa de Rusia por haberle prestado ayuda para escribir este artículo.

Ahora sí que puedo contar toda la verdad
Yuri Plutenko
22 de mayo de 2007
http://www.voltairenet.org/article148357.html

Biografía de LENIN


Con motivo del 140º aniversario del natalicio de V. I. Lenin, publico la siguiente breve biografía, escrita por la Oficina de Prensa del Partido Comunista de Chile:

Lenin, un ejemplo de un revolucionario

El 22 de abril de 1870 nació en la ciudad de Simbirk el revolucionario ruso Vladimir Ilich Ulianov, Lenin. Su padre Ilya era profesor y llegó a ser director de la enseñanza primaria de la provincia de Simbirk. Su madre se llamaba María Blank.

Eran seis hermanos. El mayor de ellos, Alejandro, participó en un atentado terrorista contra el zar Alejandro III en marzo de 1887. El zar sobrevivió, pero los participantes en la acción fueron fusilados el 5 de mayo de ese año.

Vladimir quería mucho a su hermano Alejandro. Su muerte significó un golpe muy duro para él. Pero expresó en esos terribles momentos: “Nosotros iremos por otro camino”.

Y así fue. El 4 de diciembre de 1887, Lenin encabezó. una huelga de estudiantes en la Universidad de Kazán. Cumplía los 17 años y ocho meses. Fue detenido, expulsado de la Universidad y relegado a la ciudad de Kokuchkino.

Se inicia en la lucha revolucionaria

En 1888 comenzó su labor revolucionaria. Tenía 18 años de edad. Se incorporó a un círculo marxista. Sufrió la persecución de la policía zarista. Lo detuvieron enviaron a la cárcel y luego fue desterrado a Siberia Oriental entre 1896 y 1899. Allí conoció a quien sería su compañera de toda la vida Nadiezhda Krupskaia.

En 1900 salió al exilio. En el extranjero trabajó organizando el Partido y creando las condiciones para la fundación de un periódico revolucionario. El primer número de éste, con nombre Iskra (La Chispa), apareció el 24 de diciembre de 1900. Llegaba el Iskra a muchos puntos de Rusia, gracias a una red de agentes que el propio Lenin organizó antes de salir del país. Permaneció en Zurich (Suiza) y Munich (Alemania)..

En 1902 escribió “¿Qué hacer?”.

Nace el partido comunista de Rusia

En 1903 organizo y tomó parte en el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), que se efectuó en julio-agosto de 1903, primero con sede en Bruselas (Bélgica) y luego en Londres. En su desarrollo se produjo la división entre mencheviques (corriente oportunista) y bolcheviques (revolucionarios), estos últimos encabezados por Lenin. Ese año de 1903, es la fecha fundacional del Partido Comunista de Rusia.

En 1904 publicó su obra “Un paso adelante, dos pasos atrás”.

Entre noviembre de1905 y enero de 1908 permaneció en la patria, donde actuó clandestinamente. Salió de nuevo al exilio. En Ginebra (Suiza) logró que se reanudara la publicación de Iskra.

En Rusia nuevamente

El 15 de marzo de 1917 conoció la noticia de la Revolución Rusa de Febrero. A fines de marzo, junto con otros 31 bolcheviques, partieron desde Suiza hacia la patria. Llegaron a Rusia el 3 de abril de 1917. Al día siguiente elaboró sus “Tesis de Abril”, donde planteó la transformación de revolución democrático-burguesa en socialista, a través de la conquista de los soviets.

Pero en junio, el gobierno provisional de Kerenski desató una sangrienta represión contra los bolcheviques. Lenin debió ocultarse en Finlandia.

La Revolucion Socialista de Octubre

En julio-agosto de 1917, el Sexto Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia aprobó la tesis de Lenin de la insurrección armada inmediata, pero eligió un Comité Central, en que la mayoría de sus miembros estaban contra esa línea.

En agosto de 1971, los bolcheviques conquistaron los soviets de Petrogrado y Moscú.

En septiembre, Lenin, escribió desde Finlandia varias cartas al Comité Central, exigiendo el cumplimiento de lo acordado en el Sexto Congreso. No recibió respuesta alguna sobre el tema, pero le ordenaron que, por “razones de seguridad”, debía permanecer en Finlandia

El 2 de octubre Lenin regresó a Petrogrado, a pesar de la orden en contra del Comité Central.

El 7 de ese mes, envió mensajes a la organización revolucionaria de esa ciudad.

El 16 de octubre, la Conferencia Bolchevique de Petrogrado acordó: ¡La insurrección va!

En el 24 de octubre, eludiendo a la policía del Gobierno y contra las órdenes del Comité Central, llegó al Smolny, centro operativo de las acciones revolucionarias. Hizo llamar, en forma secreta, a Stalin y ambos convocaron a los jefes de los destacamentos revolucionarios de las fábricas y de los regimientos.

En la madrugada del 25 de octubre de 1917, los destacamentos de obreros armados y soldados bolcheviques se tomaron los puntos estratégicos de Petrogrado. 

Había triunfado la revolución socialista en Rusia. Según el moderno calendario, esa gloriosa fecha corresponde al 7 de noviembre de 1917.

A la cabeza del primer Estado socialista

En medio de difíciles condiciones, el Gobierno de obreros y campesinos, dirigido por Lenin logró vencer la contrarrevolución interna y la intervención de 14 países.

El Séptimo Congreso, 26 de marzo de 1918, cambió el nombre del partido por Partido Comunista de Rusia, reconociendo 1903 como su año de fundación.

El viernes 30 de agosto de 1918, Lenin habló en un mitin en una fábrica de Moscú. Finalizado el acto se dirigió al auto que lo esperaba para conducirlo a la reunión del Consejo de Comisarios del Pueblo, que debía iniciarse a las 21 horas. Caminaba rodeado por una multitud. De pronto una mujer- miembro de un grupo terrorista de los eseristas- le disparó tres balazos, dos de los cuales lo hirieron gravemente. Una le penetró en el tórax comprometiendo la parte superior del pulmón izquierdo; la otra, se le alojó en el cuello muy cerca de la espina dorsal. Se recuperó. El 18 de septiembre participó en la reunión del Consejo de Comisarios del Pueblo.

Causas de la muerte del líder soviético

El intolerable estrés de encabezar la revolución, la guerra y la construcción de una nueva sociedad, afectó seriamente la salud de Lenin. A esto hay agregar las secuelas del atentado de 1918, pues debió vivir con una bala en el cuello, peligrosamente cerca del espina dorsal.

En mayo de 1922, sufrió un primer infarto cerebral, que lo dejó parcialmente paralizado en su lado derecho. Debió disminuir su papel en el Gobierno. En diciembre de 1922, le sobrevino un segundo infarto. A pesar de ello, siguió trabajando teóricamente. Lo hizo hasta febrero de 1923. Durante este período dictó una serie de importantes artículos que se conocen como su “testamento político”. En estos trató diferentes temas como el de la dirección colectiva en el Partido. En uno, dictado el 24 de diciembre de 1922, advertía sobre los peligros que involucraría poner a la cabeza del gobierno soviético a Stalin.

En mayo de 1923, luego de tener el tercer infarto, quedó postrado en cama, imposibilitado de hablar. El 15 de marzo de 1923, siguiendo el consejo de los médicos, lo trasladaron del Kremlin al pueblo de Gorki, 10 kilómetros al sur de Moscú.

Falleció el 21 de enero de 1924, a las 18,50 horas. La causa de su muerte, un cuarto infarto cerebral.

La herencia teórica leninista

En los 35 años de labor teórica y práctica, entre 1888 y 1923, Lenin escribió más de 30 mil libros, folletos, cartas y documentos. Unos 9 mil de ellos figuran en los 55 tomos de su Obras Completas, editadas entre 1958 y 1965.

Citamos sólo algunas de sus obras: : “Sobre la cuestión de los mercados” (1893), “El desarrollo del capitalismo en Rusia” (1899), “Anarquismo y socialismo” (1901), “¿Qué hacer?” (1902), “Las tareas de la juventud revolucionaria” (1903), “Un paso adelante, dos atrás” (1904), “Dos tácticas de la socialdemocracia en la Revolución Democrática” (1905), “Materialismo y empiriocriticismo” (1908), “Carlos Marx” (1914), “La quiebra de la Segunda Internacional” (1915), “El imperialismo, etapa superior del capitalismo” (1915), “El programa militar de la revolución proletaria” (1916), “El Estado y la Revolución” (1917), “La revolución proletaria y el renegado Kautsky” (1918), “La Tercera Internacional y su lugar en la historia” (1919), “El ‘izquierdismo’ enfermedad infantil del comunismo” (1920), “La crisis del Partido” (1921), “Carta al Congreso” (1922), “Sobre las Cooperativas” (1923), “Nuestra Revolución” (1923), “Más vale poco y bueno” (1923).

Lenin el dirigente

Quienes militaron y trabajaron con él coinciden en señalar varias cualidades del líder ruso.

A Lenin siempre le eran propios el realismo político y la capacidad de apreciar objetivamente la situación, ver todas las posibilidades que se ofrecían en tal o cual momento. El realismo político de Lenin permitía evitar el falso optimismo o pesimismo en los bruscos virajes de la historia. Al sufrir derrotas no se dejaba llevar por el pesimismo e infundía confianza en los otros. Sabía extraer lecciones hasta de las batallas perdidas.

En base al análisis científico de la realidad, Lenin elaboraba planes audaces de construcción de una nueva sociedad. Una gran eficacia caracterizaba también su actividad como estadista. Determinaba con extraordinaria rapidez las tareas más importantes del momento, pero no olvidaba las secundarias.

Lenin consideraba de enorme trascendencia la oportuna reacción del Partido ante los cambios de la situación política.

El estilo leninista de trabajo y la propia personalidad de Lenin han dejado una profunda huella en la conciencia de la humanidad y en la cultura.

Lenin el ser humano

Todos los que conocieron de cerca a Lenin destacan su excepcional modestia en los asuntos concernientes a su persona. Después de ser herido en agosto de 1918 criticó el tono de las publicaciones aparecidas en los periódicos. Escribió: “Soy como los demás... Toda la vida luchamos, en el plano ideológico, contra la admiración excesiva de las virtudes de una sola persona, resolvimos ya hace mucho la cuestión de los héroes, ¡y he aquí otra vez el culto a la personalidad!”.

El modo de vida de Lenin no se diferenciaba de la vida espartana de sus contemporáneos.

“Lenin compartía todas las privaciones de aquellos días cuando escaseaba el combustible, las viviendas y hasta los alimentos”, recuerda G. Lausbury, uno de los dirigentes del partido laborista inglés que visitó la Rusia soviética.

Lenin siempre se preocupaba de los demás. A pesar de sus muchas actividades diarias como estadista, encontraba tiempo para escribir centenares de recados, dar órdenes verbales para ayudar a unos y otros camaradas, de mandarles a descansar, a curarse, de proporcionarles viviendas, etc.

Lenin odiaba a las clases explotadoras, pero no tenía enemigos personales.

El heroísmo de Lenin

Máximo Gorki, el gran intelectual ruso, tiene una obra llamada “Lenin en 1922”. En ella escribió:

"Su heroísmo, casi enteramente desprovisto de relumbrón exterior, la abnegación modesta, ascética, frecuente en el intelectual ruso, en el revolucionario que cree sinceramente en la posibilidad de la justicia sobre la tierra; era el heroísmo del hombre que ha renunciado a todas las alegrías del universo para trabajar duramente por la felicidad de los hombres.

En otoño de 1918 pregunté a Demetrio Pavlov, obrero de Sormof, cuál era a su ver el rasgo más sobresaliente de Lenin:
-Su sencillez. Es sencillo como la verdad.

Cuando murió Lenin, reconocieron lealmente hasta sus más encarnizados enemigos que con él había perdido el mundo al hombre ‘que era la más viva encarnación del genio entre los grandes hombres contemporáneos’.

El diario alemán burgués ‘Prager Tageblat’ publicó sobre Lenin un artículo, henchido de un asombro respetuoso ante esta figura colosal, y que terminaba así: ‘Hasta en la muerte, Lenin aparece grande, inaccesible y terrible’.

Para mí, Lenin, es un héroe de leyenda; es un hombre que ha arrancado de su pecho el corazón ardiente para alumbrar con su llama el camino que conducirá a los hombres lejos del abyecto caos contemporáneo.”

Biografía de Mao Tse-tung


Biografia de Mao Tse Tung Larga Marcha de Mao Revolucionario ChinoMao Tse-tung, revolucionario, teórico y estadista, fue durante décadas el líder indiscutible del comunismo chino. Su papel fue crucial en la creación y primer desarrollo de la República Popular China
Su Juventud: Mao Tse-tung era hijo de un campesino relativamente próspero de Shao Sahn, provincia de Hunan. Obligado por su padre a abandonar los estudios para trabajar en la granja familiar, el joven Mao escapó de su casa, yen

El joven Mao se enroló en el ejército revolucionario durante seis meses, en los que se forjaría su admiración por los líderes militares y su nacionalismo. Vuelto a la escuela de Changsha, completó sus estudios mientras colaboraba con la revista Nueva Juventud (1915), dirigida por Chen Duxiu, que criticaba el lastre que las viejas tradiciones chinas suponían para el desarrollo del país. También por esa época Mao comenzó sus actividades políticas fundando varias asociaciones estudiantiles, como la Sociedad de Estudios del Nuevo Pueblo.
 1911 ingresó en la escuela secundaria de Changsha, donde entró en contacto con la cultura occidental y con las ideas del nacionalista Sun Yat-sen. Ese mismo año estalló la revolución de Wuhan, que acabaría sustituyendo a la dinastía Manchú por un régimen republicano.
En 1918 obtuvo el puesto de bibliotecario en la Universidad de Pekín, donde recibió la influencia de Chen Duxiu y de Li Dazhao —introductor de los estudios sobre el marxismo— y profundizó en sus lecturas revolucionarias. Mientras pasaba una temporada en Changsa, estalló el movimiento revolucionario del 4 de mayo (1919), opuesto a la imposición de mandatos japoneses en China por el tratado de Versalles. A lo largo de estas protestas los radicales chinos derivaron hacia el marxismo-leninismo y el abandono de la cultura tradicional china; aparecía una nueva generación en la escena política. Mao organizó actividades revolucionarias en Changsa y fundó la rama local de la Liga de Jóvenes Socialistas (1920).
El PCC y el Kuomintang
En 1921 se convirtió en uno de los miembros fundadores del Partido Comunista Chino (PCC). Poco después se produjo la alianza con el Kuomintang de Sun Yat-sen (1923), con el objetivo común de «derrocar al imperialismo». Mao pasó a ser miembro de la directiva del partido. Convencido del potencial revolucionario de la población campesina, en la Encuesta sobre el movimiento campesino en el Hunan (1927) reflejó su convicción de que el mundo rural podía ser ¡a fuente del resurgimiento chino.
La muerte de Sun Yat-sen (1925) propició la ascensión en el Kuomintang del general Chiang Kaishek, que unificó a las fuerzas conservadoras del partido y alejó del poder a los izquierdistas. A pesar de ello, tanto los comunistas chinos como la URSS continuaron colaborando con el Kuomintang, en la esperanza de alcanzar juntos los fines revolucionarios. En 1926 Jiang emprendió una gran expedición hacia el norte para someter a los <<señores de la guerra» locales, derrocar al gobierno conservador de Pekín y unificar el país. En ella contó con el apoyo de los obreros, los comunistas y el movimiento campesino.
Tras varios éxitos, Chiang emprendió la represión de sus antiguos aliados en los territorios que controlaba (1927). Mao. junto con otros líderes comunistas, organizó un ejército capaz de enfrentarse a las fuerzas nadonalistas y al mismo tiempo logró el apoyo campesino mediante la puesta en marcha de una reforma agraria. Desde su refugio en las montañas de Jiangxi y auxiliado por Zhu De como jefe militar, desarrolló una guerra de guerrillas en el medio rural, que obtuvo algunos éxitos. Pero la insistencia del comité central del partido y de la Internacional Comunista en llevar la lucha a las grandes ciudades provocó nuevos desastres, y Mao ordenó la retirada de sus fuerzas, oponiéndose a los dirigentes del PCC (1930). Vuelto a su base de Jiangxi, reorganizó sus fuerzas y rechazó varias ofensivas nacionalistas. En 1931 se convirtió en presidente de la República Soviética China de Jiangxi, aprovechando la distracción de las fuerzas nacionalistas por la invasión japonesa de Manchuria.
La Larga Marcha y la guerra chino-japonesa
La masiva campaña militar emprendida por Chiang (1934) desalojó a los comunistas de Jiangxi. 100.000 militantes emprendieron junto a Mao una Larga Marcha de 10.000 Km. hasta encontrar un nuevo refugio en Yan’an, al noroeste (1935). Durante su transcurso, Mao se hizo por fin con las riendas del PCC y consiguió restaurar la moral y el espíritu combativo de los 10.000 soldados que llegaron al final del viaje.
Ante la invasión japonesa, que desde 1937 pretendía controlar toda China, el PCC y el Kuomintang unieron sus fuerzas contra el enemigo común. Durante la guerra chino-japonesa (1937-1945) los comunistas lideraron la lucha contra el invasor, aumentando su popularidad, completada con reformas agrarias favorables al campesinado. Al mismo tiempo aumentaron sus efectivos militares. En esos años Mao escribió varias obras: Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria en China (1936), Sobre la práctica, Sobre la contradicción (1937), Sobre la guerra prolongada y La nueva democracia (1938). Por esa misma época comenzó un proceso de «sinización» del marxismo, que buscaba su adaptación a la realidad china frente a las tesis dictadas en Moscú. Su campaña de rectificación (1942-1943) le sirvió para educar a los nuevos militantes comunistas y para restar influencia a los líderes pro soviéticos, reforzando su poder personal sobre el partido, del que se convirtió en presidente en 1943.
La guerra civil y el nacimiento de la República Popular
Tras la derrota japonesa en la Segunda Guerra Mundial y su retirada de China, el PCC y el Kuomintang reiniciaron la guerra civil (1945-49). A pesar de la superioridad d sus fuerzas y del apoyo estadounidense, el Kuomintang fue perdiendo terreno ante los comunistas, que, incluso sin el apoyo soviético, contaban con una superior organización, el apoyo de millones de campesinos y la buena disposición de la población de los territorios que controlaban. La brutalidad, el despotismo, la corrupción y los errores militares del régimen nacionalista fueron sus peores enemigos; tras sucesiva derrotas, en 1949 sus líderes abandonaron el continente, estableciendo un nuevo Estado en la isla de Formosa (Taiwán). El 1 de octubre Mao proclamó en Pekín la Re pública Popular China y se convirtió en el jefe del gobierno. Ese mismo año había publicado De la dictadura democrática popular, donde establecía las bases del gobierno popular y preveía ¡a eliminación de los «enemigos del pueblo». La represión de los elementos contrarrevolucionarios se llevó a cabo masivamente en 1951. Al mismo tiempo se emprendió la ingente tarea de la reconstrucción económica y la modernización del país, adoptando para ello el modelo soviético de planes quinquenales (1953).
De las Cien Flores a la Revolución Cultural
Presidente de la República desde 1954, al año siguiente Mao anunció el abandono del modelo soviético de desarrollo, convencido de que la colectivización agraria debería extenderse por todo el país para mejorar las condiciones de vida de la población y lograr una transformación social. Para Mao la movilización social era el requisito necesario para el progreso técnico, y no al revés. Se apoyó en los cuadros provinciales y locales para vencer las resistencias en el seno del comité central del partido. Con la campaña de las Cien Flores (1956-57) intentaba atraerse a los intelectuales y a las clases no revolucionarias, permitiendo la libre expresión de sus ideas. Pero cuando la libertad de expresión se tradujo en críticas al poder del partido y su dirigente, Mao suspendió rápidamente el experimento. Su siguiente campaña, el Gran Salto Adelante (1957-58), pretendía multiplicar la producción agrícola e industrial, mediante vastos proyectos de colectivización.
Pero los problemas técnicos y de planificación y la retirada de las ayudas soviéticas provocaron una grave crisis económica. Mao renunció a la presidencia de la República (1958), pero seguía al frente del partido. Ante la creciente oposición en el seno de dicha organización, Mao comenzó a apoyarse en el ejército y en su jefe Lin Piao (1960). En 1963 se produjo la ruptura con la URSS; la nueva situación de distensión Este-Oeste y la insistencia soviética en que China redujera su agresividad regional convencieron a Mao de que la URSS habla traicionado los principios de la revolución, y de que China debía asumir el liderazgo comunista, especialmente en el Tercer Mundo.
La necesidad de superar los desastrosos efectos del Gran Salto Adelante obligó a Mao a tolerar los planes de recuperación económica apoyados por Liu Shaoqi (nuevo presidente de la China) y Deng Xiaoping, abandonando su sueño colectivista. Sin embargo, a partir de 1962 intentó oponerse al «desviacionismo capitalista» de las nuevas políticas. Por ello desarrolló un Movimiento de Educación Socialista, con escaso éxito. La ruptura entre Mao y sus críticos, encabezados Liu Shaoqi y Peng Zhen, estalló en 1965. Desde Shangai, Mao preparó un proceso de depuración ideológica, conocido como la Revolución Cultural Proletaria.
Pretendía devolver la voz y el poder al pueblo, frente a las burocracias del partido. Decenas de miles de Guardias Rojos, jóvenes aleccionados con la lectura del Libro rol (colección de citas de Mao publicada por primera vez en 1964) destruyeron todo indicio de burocratización y aburguesamiento en el partido y el Estado. Este proceso sirvió también para eliminar, incluso físicamente, a todos los elementos críticos y a los que se oponían a la idea de revolución constante de Mao, o simplemente a su creciente poder personal.
El reflujo:Pero el cuestionamiento de toda autoridad implicaba el riesgo de anarquía, y a partir de 1969 Mao se apoyó cada vez más en el ejército frente a los comités revolucionarias populares. El IX Congreso del PCCh (abril) restableció en sus cargos a muchos de los antiguos dirigentes, aunque tendrían que compartir el poder con las nuevas fuerzas emergidas de la Revolución Cultural. El nuevo primer ministro Chou E: nlai fue el encargado de diseñar una fórmula de compromiso entre el partido, los comités revolucionarios y el ejército, que se rompería a favor del primero en 1971.
Durante esos años también se produjo una apertura al exterior, la RPCh ingresó en la ONU (1971) y Mao se entrevistó con diversos mandatarios de potencias capitalistas. Sus últimos años estuvieron presididos por la lucha en torno a su sucesión. Tras la muerte de Lin Piao (1971) y Chou Enlai (1976), el grupo pragmático encabezado por Deng Xiaoping logró desbancar a los radicales de la Banda de los Cuatro. A pesar de la campaña de «desmaoización» tras la muerte del histórico dirigente (9 de septiembre de 1976), éste permanece como símbolo de la nueva China.

Lo mejor y lo peor en libros, cine, música y teatro. Perú


Di-sol-ver. Balance 2011 (II).

Lo mejor y lo peor en libros, cine, música y teatro
Novela
Este año los dos líderes del debate entre andinos y criollos han publicado con la editorial Alfaguara. Miguel Gutiérrez yFernando Ampuero, cada cual a su modo, han marcado el 2011 con dos de sus novelas más personales.
NMM ha comentado ambos libros con entusiasmos disímiles.
La novela de Ampuero, El peruano imperfecto (Alfaguara, 2011) se anunció como una inmersión en los conflictos del ser nacional observado desde cierto sector social. Terminó siendo apenas una ligera narración de las cuitas de un seductor por los alrededores de la muerte.
El caso de Miguel Gutiérrez es diametralmente opuesto. Se invita al lector a continuar el debate sobre Una pasión latina (Alfaguara, 2011), la novela del año, en el post respectivo.
También nos gustó El diablo en mi cama (edición de autor presentada el 2010 pero distribuida el 2011) de Eneas Marrull, quien empezó el año inspirando la creación de un personaje en la última novela de Ampuero. Final y felizmente, el autor se impuso al personaje.
La decepción fue Un sueño fugaz (Anagrama, 2011) de Iván Thays. Una concesión innecesaria luego de su aceptable Un lugar llamado Oreja de Perro (Anagrama, 2008). El debate sigue en el libro de reclamaciones: el post respectivo.
Dos novelas extranjeras definieron el 2011: 1Q84 (Tusquets) de Haruki Murakami y Libertad(Salamandra) de Jonathan Franzen.
La del japonés tiene una prosa limpia y envolvente, musical e inocentemente perturbadora. Su estructura clásica es el sostén de un viaje a un mundo donde los protagonistas (chico-busca-chica y al revés) buscan encauzar sus vidas mientras una dogmática maldad los pone a prueba.
La del norteamericano es un minucioso electrocardiograma de la destrucción de una familia (la familia) y la descripción irónica del sueño americano: su pesadilla.
Cuento
Mejor libro de cuentos: Lecciones para un niño que llega tarde (Duomo, 2011) donde Carlos Yushimito confirma las virtudes mostradas en “Las Islas” (SIC, 2006) -y también varios de sus cuentos. También nos gustó: El descubrimiento del ruido (Estruendomudo, 2011) de Martín López de Romaña, donde el silencio de lo cotidiano adquiere notoriedad. Y Disidentes. Antología de nuevas narradoras peruanas (Ediciones Altazor, 2011), selección y prólogo de Gabriel Ruiz Ortega. Interesante intento “catastral” de las búsquedas y logros de las escritoras que toman la posta (en prosa) de las hijas de “Noches de Adrelanina”. Volveremos sobre este libro.
Reediciones
Fundamental e inclasificable. El pez de oro (A.F.A. Editores Importadores, 2011) de Gamaliel  Churata, bajo el cuidado de José Luis Ayala. Una pieza clave de lo que podría definirse como la vanguardia indigenista. El original es de 1957.
También La novena maravilla (Fondo Editorial del Congreso de la República, 2011) de El Lunarejo (el verdadero, no el narco), también conocido como Juan de Espinosa Medrano. Se ha reeditado luego de tres siglos. Y se ha “modernizado” para facilitarle la lectura a los ignorantes de estos tiempos. Cuenta con un prólogo de Ramón Mujica.
Yapa
Aunque publicado el 2010, igual hay que leer Kapuscinski Non-Fiction (Galaxia Gutenberg) deArtur Domoslawski, un autor que ha pasado más de una vez por el Perú.  Se trata, por fin, de la esperada edición en castellano de un conflictivo retrato del maestro desdibujado -con rigor de buitre- por su alumno. Imprescindible para aquellos que quieren trascender los 140 caracteres.
Cómic y novela gráfica
Mejor ilustrador: Miguel Det, por Novísima corónica i mal gobierno y Conversaciones en la ciudad de cartón (Ediciones Contracultura, 2011). Det renunció en mayo del 2011 al suplemento El Otorongo durante la feroz campaña presidencial de entonces. Pero sin duda supo sobreponerse, pues fue su año (no así el de Perú21).
También nos gustó: Vida Mundana (Ediciones Contracultura, 2011) de Rubén Sáez.
Ensayo y ciencias sociales
Perú, país de metal y melancolía (Fondo de Cultura Económica, 2011) de Alfredo Barnechea. Un libro que retoma un viejo género: el de la biografía intelectual. El relato está estructurado cronológicamente, a manera de un libro de memorias (“memorias de una educación política”, las llama el autor). Pero también se permite ciertas libertades, desde los saltos temporales hasta el sabroso anecdotario de personalidades como Vargas Llosa, Haya de la Torre, Belaúnde,Eudocio Ravines y Carlos Delgado.
También nos gustó: Todas las sangres en debate de Dorian Espezúa. A su lado, el libro Ilegítimos. Los retoños ocultos de la oligarquía (Edición del autor, 2011) de Osmar González y Juan Carlos Guerrero. Una tesis sobre las otras balas perdidas de la clase alta limeña.
La mejor reedición es sin duda “¿He vivido en vano?” La mesa redonda sobre Todas las sangres (IEP/PUCP, 2011), un rescate de Guillermo Rochabrún. El libro recopila no solo la transcripción de la mesa redonda. También incluye otras entrevistas y textos de los participantes de entonces. Un documento histórico que incluye un CD de audio de la masacre. Como para recordar que el 2011 también se conmemoró el centenario de José María Arguedas.
Un libro notable de fines del año pasado también merece un comentario. Qué difícil es ser Dios. El Partido Comunista del Perú–Sendero Luminoso y el conflicto armado interno en el Perú: 1980-1999 (IEP, 2010), la última publicación de Carlos Iván Degregori. Apareció como una advertencia en plena campaña presidencial.
En el extranjero, destacó The Net Delusion.The dark side of internet freedom(PublicAffairs, 2011) de Evgeny Morozov. Una guía para entender el comportamiento de los blogs y las redes sociales en el contexto de un autoritarismo competitivo. Es decir, un manual para lo que nos podría esperar el 2012 frente a la probable alianza Humala-Fujimori. El de Morozov es uno de los 100 libros que recomienda The New York Times como regalo navideño. También apareció The Filter Bubble: What the Internet Is Hiding from You (Penguin Press, 2011), de Eli Pariser. Dos libros que desmitifican la supuesta democratización de internet.
Cine
La mejor película del año es Las malas intenciones, de Rosario García-Montero. El personaje de Cayetana de los Heros, a sus ocho años, se siente atraída por la figura del héroe. Pero no con la de cualquier tipo de heroicidad. Ella se identifica con el mártir, el héroe derrotado y humanizado que expía sus demonios a través de un sacrificio purificador. Por ejemplo, el Grau que se lanza al mar escapando de la crisis de su propia familia. Pero en el Perú de 1983 ya no hay héroes. No hay autoridades ni padres (de la patria), y el terrorismo ha tomado por asalto la normalidad. Como se dijo en un postLas malas intenciones no le teme a la maldad. Incluso si ésta se susurra como en la perversa canción infantil “La Catalina” (De pronto pasó un soldado y lo hizo detener/‘Deténgase soldado que una pregunta le quiero hacer/¿Usted no ha visto a mi marido que a la guerra un día fue?’/‘Yo no he visto a su marido, ni siquiera sé quién es’)
También nos gustó: El inca, la boba y el hijo del ladrón, de Ronnie Temoche.
La decepción fue Bolero de noche, de Eduardo Mendoza. También Vanessa Terkes, con o sin ropa.
Música
La gran decepción musical fue el alejamiento de Pamela Rodríguez del blues criollo. Tiró la toalla y decidió convertirse en otra Regina Spektor con su tercer disco, ReconoceR (Mamacha Productions, 2011). Voces nasales, letras absurdas, disfuerzos calculados y videos nauseabundamente indies. Los discos más esperados fueron Veronik y los Gatos Eléctricos(Mandarina, 2011) y Volver (2011) de Adalí Montero. Ambas compositoras se tardaron diez años en grabar sus primeras producciones. Pero la demora fue provechosa. La riot grrrl Veronik cambió el grunge por el theremin.  Paralelamente,Montero dejó los covers y se dedicó a componer blues. Con lo que por fin dejó de ser una joven promesa. Bien por ella y sus admiradores.
Lo meritorio: el renacimiento de la disquera Infopesa, una de las cuatro grandes de la música peruana. Las buenas intenciones:Novalima (KarimbaSabor y Control (El más buscado) intentando demostrar -una vez más- que tienen calle y cintura. Los adioses: Félix Casaverde y el inefable Leo Bacteria. El segundo de ellos -al mando de Pestaña- dejó su mejor grabación: Yo no me enamoro 12 veces por disco (2011).
La producción más lograda del año quizás sea Fiction Beats (Hypersfera, 2011), de Theremyn_4. El sétimo y el mejor disco de José Gallo, un ex rockero metido a DJ que ha logrado conciliar lo mejor de ambos mundos. Baile y riesgo.
El concierto del año fue el de Paul McCartneyPisándole los talones, Sonic Youth. En segunda fila, Pearl Jam y Motörhead. Seguimos esperando a Calle 13.
Teatro
La obra de teatro nacional que estiró mejor los resortes de la memoria -y que además estuvo muy bien escrita- fue Astronautas de Jorge Castro y compañía. Se trata de una fabulosa ucronía. En algún punto entre 1968 y 1969 el Perú de Velasco ganó la carrera espacial. La obra narra la odisea de tres peruanos. Pero la proeza no es conquistar la Luna -que por cierto, ya es chilena- sino lograr la unidad como proyecto nacional.
Astronautas fue el mejor montaje de una obra nacional y la mejor obra peruana de dramaturgia del 2011.
También gustó Entonces Alicia Cayó, una muestra de que la obsesión maternal de Mariana de Althaus puede parir una obra sólida (por su estructura), sugerente (por lo intertextual) y emotiva (por su exploración de lo femenino en tres momentos de la vida).
Finalmente, una buena noticia fue la reposición de Diecisiete Camellos, de Eduardo Adrianzén. Una lectura de cómo tres hermanos lidian con la pérdida de la madre (patria) en manos de un chileno. Adrianzén también destacó en la accidentada versión televisiva de La Perricholi.
El mejor montaje de una obra extranjera fue El dragón de oro, un viaje al Asia escrito por el alemán Ronald Schimmelpfennig y dirigida por el peruano Jorge Villanueva. Salada y dulce como la mejor comida oriental, la obra fue también una atrevida lección de imaginación que además hizo posible el lucimiento del actor del año: Marcello RiveraManuel Gold, por su lado, confirmó su buen momento destacando en la ligera pero jugosa Demasiado poco tiempo (del escritor neoyorquino David Ives) y en la mencionada AstronautasPero su innato sentido del humor puede ser una monotemática arma de doble filo.
En cuanto a actrices, el aplauso mayor va para Ana Cecilia Natteri. Ella logró crear una loca memorable en el incomprendido y estupendo montaje de La fiesta de cumpleaños.
Aunque los prejuicios buscan encasillarla (para bien o para mal), lo cierto es que Denisse Arreguilogró una actuación llena de matices y color en la gris Cosecha. Ojo con ella.
En publicaciones destaca la cuadrada generacional hecha por Alfredo Bushby en  Románticos y postmodernos. La dramaturgia peruana del cambio de siglo(Fondo Editorial de la PUCP, 2011). También la muy actual Ubú Presidente (PUCP, 2011), escrita por Juan Larco y dirigida por el flamante ministro de Cultura, Luis Peirano, en 1980. La obra, que pronto analizaremos con más detalle, escenifica la llegada a Palacio de Gobierno de un militar delirante. Ojalá no sea premonitoria.
Hubo dos grandes decepciones. Se esperó mucho más del montaje deCrónica de una muerte anunciada, del director colombiano Jorge Alí Triana. Una historia desordenada y un libro que le pesa demasiado al director. Otra decepción fue Los últimos días de Judas Iscariote, dirigida por Juan Carlos Fisher. Ojo, no fue el tema el que distanció las butacas del escenario. Fueron varias sobreactuaciones y algo de humor forzado.
Para cerrar, dos anuncios.
Primero, el repaso con ají: el inminente y tercer balance. Periodismo, actualidad y política en el año que Alan García dejó de florear por televisión nacional, se eligió democraticamente al militar Ollanta Humala y que puede terminar con un baile del Chino.

Disolver. Di-sol-ver temporalmente a NMM.
Segundo, Di-sol-ver.
Di-sol-ver.
Con indulto o sin indulto, comenzaremos el nuevo año con un adelanto exclusivo para NMM de la obra de teatro que disecciona el golpe del 5 de abril.
Qué mejor forma de apresurar las celebraciones por el vigésimo aniversario. Ya viene el día.